Adaptación ambiental y paisajística del Río Vinalopó a su paso por el núcleo urbano de Sax

Que el Vinalopó se parezca cada vez más al Río vivo que fue y menos al canal de hormigón que es.
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23/05/19

¿Qué es un Río? A priori, parece una pregunta fácil de resolver, sin embargo, desde diferentes miradas, escalas y sensibilidades, la respuesta se complica.

¿Es un cauce para el agua?, ¿Un mero accidente geográfico?, ¿Un recurso para la agricultura, la pesca o para la producción de energía?, ¿Un riesgo natural?, ¿una seña de identidad cultural?, ¿un paisaje?, o ¿un ecosistema singular?

Y ¿qué conforma un Río?; ¿su cauce?, ¿la ribera?, ¿el llano de inundación?, ¿o el sistema de ramblas, barrancos y nacimientos que lo alimentan?, ¿su flora?, ¿su fauna?, ¿su historia?....

Desde el punto de vista de la gestión de un Río, considerar todas estas realidades, y hacer compatibles intereses tan diversos, es el auténtico reto de la Administración. Lamentablemente no siempre se ha tenido esta visión integradora del territorio y el medio ambiente, y la gestión tradicional de los “cauces hídricos” (que concepto más pobre), en manos de las Confederaciones Hidrográficas, ha conllevado, en algunos casos, transformaciones severas de los Ríos como ecosistemas funcionales y vertebradores del territorio.

La calidad ambiental y paisajística de un entorno, en nuestro caso del Río Vinalopó, se mide en función de la diversidad de elementos físicos y biológicos que interactúan y de la complejidad de dichas relaciones. Dicho de otro modo, una caja de hormigón en forma de U con un canal en el centro, con el único y simple objetivo de permitir la circulación del agua con la mayor fluidez posible, es un canal de drenaje, no un Río.

Afortunadamente esta visión simplista y parcial del concepto de los Ríos, como meros “cauces hídricos”, ha ido cambiando con el tiempo, hasta el punto, que las propias Confederaciones Hidrográficas han acometido actuaciones de restauración ambiental de los cauces hormigonados. Este el caso del municipio de Novelda a su paso por su núcleo urbano.

Desde la Concejalía de Medio Ambiente, aprovechando la experiencia exitosa de Novelda, estamos trabajando en un proyecto de recuperación ambiental y paisajística del tramo de cauce hormigonado, facilitando, en un primer momento, la colonización de especies vegetales propias del Río, en pequeñas islas de carrizo, y conservando los ejemplares de Taray y juncos que crecen entre las grietas. Se trata de favorecer la sucesión natural de la vegetación desde las etapas iniciales hasta el establecimiento, con los años, de un tarayar o bosque de ribera maduro.

Recientemente la aportación de arenas y gravas, arrastradas por el temporal desde el Barranco del Torrentero, ha contribuido a dibujar un curso más sinuoso y natural, en este punto de encuentro, que sin duda facilitará la funcionalidad ecológica del Río. De hecho, el desbordamiento de la acequia central y la disminución de la velocidad del agua, ha permitido la reaparición en Sax de una especie protegida, el Aphanius iberus, más conocido como “Fartet”, un pequeño pez endémico del litoral mediterráneo, omnívoro que habita aguas someras y lentas, prácticamente desaparecido en la comarca del Alto Vinalopó. A falta de confirmar el origen genético de esta población, su aparición podría significar un hecho de gran relevancia en la estrategia de conservación de la Biodiversidad en la Comunidad Valenciana.

Ahora es el momento, de diseñar, con la colaboración de otras Administraciones y expertos en la materia, un programa de actuaciones que permitan, poco a poco, la naturalización progresiva del cauce hormigonado, que facilite el establecimiento de comunidades de fauna y flora autóctona, así como la circulación y oxigenación correcta del agua, sin olvidar las acciones de mantenimiento y limpieza (recogida de posibles residuos, restos vegetales, algas, tratamiento ecológico de mosquitos, etc..) necesarias para garantizar la convivencia amable de la población urbana con el Río. En definitiva que el Vinalopó se parezca cada vez más al Río vivo que fue y menos al canal de hormigón que es.

No quiero despedirme sin animarte a que disfrutes del tremendo espectáculo de decenas de golondrinas y aviones comunes recogiendo barro junto al cauce (enfrente de la caseta del huerto peluca) para la fabricación de sus nidos, como un ejemplo gráfico de los enormes beneficios ambientales de mantener un Río vivo. Si no lo sabes, un pequeño avión común consume 560 insectos al día. A poco que la dejemos, la naturaleza hace su trabajo.

Carlos Sánchez Ortiz
Técnico Municipal de Medio Ambiente

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