¡Y el día 1, al puente Picayo!

Fieles a la tradición, las fiestas en honor de San Blas bajan el telón entre el olor a pólvora y el fervor de los sajeños
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09/02/09

¡Y el día 1, al puente Picayo! Esta es la frase hecha con la que suelen terminar muchas conversaciones entre sajeños. Sirve en cualquier época del año y cumple la función de un patrón de conducta, de una regularidad basada en la identidad, que quita hierro a lo tratado y remite al interlocutor a un estadio superior de las cosas: La fiesta de San Blas.

Así es la relación de los habitantes de Sax con su festividad mayor, prioritaria y respetuosa, y así la viven durante todo el año. Estos primeros días de febrero no ha faltado “ni el saltico”, ni las flores de almendro que engalanan las andas del patrón, ni la egregia figura del alcalde de fiestas, cargo que este año ha recaído en Francisco Herrero Navarro, ni los bellos tocados emplumados de cristianos, marruecos, garibaldinos, alagoneses, caballeros de cardona y moros, sin olvidar el raso dorado de las fajas y pantalones de turcos y árabes emires.

Todo ello a ritmo de pasodoble y marcha militar, como manda la tradición e interpretan cientos de músicos en la procesión y en las entradas. Una tradición que recorre de arriba abajo cada acto y cada gesto de la fiesta. Desde las “vueltecicas” del Santo o las que, con infinita gracia, convierten en molinillos la daga y el alfanje en manos de los pajes, hasta la solemnidad de la prédica, que este año corrió a cargo de Francisco Javier Olivares, sajeño ordenado en junio.

Ni la lluvia del lunes puedo alterar la esencia y el colorido. Hasta la pólvora retenida por el clima durante la Bajada del Santo se cobró su revancha dos días después, cuando los tiradores de cada comparsa acompañaron a la imagen de regreso a su morada.

Aunque tal vez sea la embajada, cuyo texto, más vivido que declamado por Pedro Ortega y Juan Gil, nos remita de forma más expresiva al carácter histórico de una fiesta que vuelve cada año a poner cada cosa en su sitio.
… ¡Y el día 1, al Puente Picayo!

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