La frontera como determinante de vida

VÁZQUEZ HERNÁNDEZ, Vicente (2001). “La torre Almohade del Castillo de Sax”, Castillos de España, nº 120, enero 2001, pp. 3-10.

INTRODUCCION

“La villa de Sax (8.609 habitantes en 1998) se encuentra en la comarca del Alto Vinalopó, al oeste de la provincia de Alicante, con una altitud de 471 metros sobre el nivel del mar. Su término municipal tiene una extensión de 63 kilómetros cuadrados y está rodeado por los municipios de Elda, Petrer, Castalla, Biar, Villena y Salinas.

El relieve viene determinado por el valle del río Vinalopó y por las montañas que lo flanquean por este y oeste. En ambos flancos montañosos se abren sendos pasillos que comunican al valle del Vinalopó con la hoya de Castalla y la cuenca endorreica de Salinas. La altitud media del valle está por encima de los 450 metros y en las montañas cretácicas suelen superarse los 800 metros. El río Vinalopó, que da nombre a la comarca, con un recorrido de 110 kilómetros, nace en la Sierra de Mariola, en Bañeres, y desemboca en Santa Pola.

Este valle del Vinalopó ha sido una importantísima vía de comunicación desde la prehistoria, pues es el camino más corto entre la costa de Alicante y el interior de la península, por lo que Sax se encuentra en el eje de las comunicaciones entre el litoral y la Meseta. Tanto la autovía del Mediterráneo como el ferrocarril (inaugurado por la Reina Isabel II el 25 de mayo de 1858) que unen Madrid con Alicante aprovechan este pasillo natural.

Desde el siglo XVI, Sax era un punto estratégico en las comunicaciones de Alicante tanto con Valencia, a través de Villena y Fuente la Higuera, como con Madrid, pues de Sax salía la ruta en dirección a Yecla, que continuaba luego por Almansa y Chinchilla (mapa 1). Estos mismo itinerarios en el sistema español de postas del siglo XVIII y el paso por el término del Camino Real (antecedente de la moderna autovía) que se comenzó en el reinado de Carlos III, convirtieron a Sax en un nudo de comunicaciones, como lo sigue siendo en la actualidad, pues en Sax confluyen las carreteras comarcales que dan salida a los valles de Pinoso por Salinas y a la hoya de Castalla y los valles de Alcoy, además de existir una carretera local a Elda.

DESCRIPCION Y CARACTERISTICAS

La Torre es el nombre de un paraje, y de una finca del término municipal de Sax (fotografía 1), situado a 580 metros de altitud, a 5 kilómetros al NE de la villa, junto a la rambla de la Torre, corriente fluvial de aguas discontinuas que se forma en el término de Sax por la unión de varios barrancos en la vertiente SO de la sierra de Peñarrubia. Recoge las aguas de esta sierra y las del Fraile y Argueña. Corre en dirección SO hasta desembocar en el río Vinalopó por su margen izquierda frente a la peña de Sax.

Su ubicación exacta (Cartografía Militar Española, 846 Ibi, E. 1:50.000) es de 0º 47' 30'' Longitud Oeste y 38º 34' 44'' Latitud Norte.

El paraje, la finca y la rambla toman el nombre de un pequeño torreón cuadrado (4.85 x 4.85 metros) (gráfico 1), de obra de mampostería trabada con cal, ubicado en lo alto de un cerro de 620 metros de altura que vigila el Camino de los Valencianos, vía natural de comunicación entre el Alto y Medio Vinalopó a través del puerto de Biar (fotografía 2).

La técnica de construcción es de tapial, con la base de mampostería y con un encofrado de tierra y gravas, apisonadas a bandas con soporte de vigas de madera que al descomponerse dejan los clásicos agujeros llamados mechinales. Las partes externas fueron revestidas de mortero de cal.

Rafael Azuar supone al torreón de fines de época musulmana, y más probablemente, por su factura, de cronología cristiana, ya a fines del siglo XIII (fotografía 3). Similar a la construcción más antigua del castillo de Sax, formada por la torre de tapial y el aljibe, que corresponde por sus características de factura y forma a los castillos realizados en época almohade y, por tanto, coétanea a sus vecinas Villena, Biar y Bañeres. El castillo de Sax es una fortaleza cuya función militar perduró durante muchos siglos, por su situación estratégica, al estar ubicado sobre una cresta rocosa con una altitud de 550 metros sobre el nivel del mar, con escarpadas pendientes por su cara norte, situado en la frontera entre Castilla y Aragón, lo que le permitía tener un amplio dominio del territorio y de las vías de comunicación entre Castilla y el Reino de Valencia.

Es también de las mismas características que la Torreta (Elda), situada en lo alto del monte del mismo nombre, donde existe una torre de planta cuadrada (5 X 5 metros), de tapial, que conserva en su parte más íntegra una altura de 2 metros, aunque tendría una altura superior a los 7 metros. Se trata de una torre atalaya, sin una cronología precisa, ya que estas torres de tapial se siguieron construyendo en época cristiana.

La Torreta ha sido una atalaya de gran importancia estratégica, pues desde ella se ven los castillos de Villena, Sax, Petrel y Elda, así como parte de Monóvar y Novelda (fotografía 4). La Torreta sirvió de enlace entre Elda y Sax, ya que la Sierra de la Torreta interrumpía la visibilidad entre ambos castillos. Al mismo tiempo contralaba el acceso sur al valle de Sax, llegando en algunos momentos a ser un puesto fronterizo entre los Reinos de Castilla y Aragón.

Ambas torres controlaban los movimientos de tropas y en caso de peligro inminente se comunicaban con todos los castillos cercanos mediante espejos, señales de humo y hogueras nocturnas. Cumplieron una importante misión vigilante en la sublevación mudéjar de 1265 contra Alfonso X y en la Guerra de los dos Pedros (1356-1370).

La Torre es una atalaya de vigilancia de época almohade, de planta cuadrada, construida con la técnica del tapial, que estaría en conexión con el castillo de Sax y vigilaría a otra torre que existía en la ladera de la sierra de la Argueña (fotografía 5), en el término municipal de Castalla (mapa 2), de la que todavía se conservan restos (Casa la Torreta, que conservó la torre hasta los años setenta de este siglo, en que fue demolida, excepto la base).

En el cabezo sobre el que está situada La Torre quedan restos del antiguo camino que conducía hasta la misma, como se puede apreciar en la fotografía anterior.

A su lado hay estructuras murarias que posiblemente correspondan a dependencias de almacen y corrales (gráfico 2). La altura máxima de la torre que se conserva en una esquina mide 2`10 metros (fotografía 6). Se observa una cimentación a base de grandes piedras de forma irregular, que mide 1 metro de altura. El mortero es de cal, arena y grava, e incluye piedras de diferentes tamaños. Los restos de la torre están rodeados de material de relleno, sobre todo en las caras este y sur (fotografía 7), procedente de la destrucción de sus muros y dependencias.

ANALISIS METROLOGICO

El tapial se define como el conjunto de dos tableros que, sujetos con los costales y las agujas, se colocan verticales y paralelos para formar el molde en el que se hacen las tapias. Puede existir tapial de tierra, tapial de mortero y tapial de mampuestos, con todas las posibilidades intermedias.

En la cara Este hemos podido medir la distancia entre los mechinales que sostenían las cajas de tapial, que es de 70 centímetros, con una altura en la cara Sur de 90 centímetros. El grosor del muro es de 85 centímetros y su planta cuadrada tiene las siguientes medidas: 5`60 x 5`60 metros. Con estas características metrológicas y aplicando la relación 2 que establecen para las torres del Vinalopó Quiles Calero y otras autoras, la altura que podría haber alcanzado esta torre sería de 11`2 metros.

Según estas autoras, para la época musulmana, el estudio de numerosos monumentos confirma el uso del codo ma`muni, que es el patrón métrico más común en Al-Andalus, denominado así por Ibn Luyun e inventado por el califa de Bagdad al-Ma`mun. Equivale a 0`45 metros actuales.

Utilizando este patrón, la conversión de todas las medidas de tapial, muros, planta y altura de la torre se ha hecho tratando de ver si existe una proporcionalidad. En los cálculos se ha tendido a considerar números enteros, ya que el paso del tiempo puede haber alterado las medidas originales, resultando más fácil de relacionar para establecer conclusiones:

- Grosor de los muros: 2 codos.

- Altura de la caja: 2 codos.

- Distancia entre mechinales: 1`5 codos.

- Planta: 13 x 13 codos.

- Altura posible: 25 codos.

La medida-patrón utilizada en la construcción de esta torre en particular y la serie de torres del Valle del Vinalopó de época almohade (finales del siglo XII-principios del siglo XIII) pudo muy bien ser el codo ma`muni, que se usaría para dimensionar todos los elementos de dichos edificios.

Sin embargo, esta torre en particular, como nos dice la historia, no tiene una función definida hasta que el tratado de Almizrra (1244) establece la frontera entre Castilla y Aragón. Esto indicaría que los alarifes que la edificaron eran moriscos que seguían utilizando sus tradicionales técnicas de construcción y sus propias medidas.

CLASIFICACION

La clasificación de "La Torre", según el ensayo de clasificación de los castillos españoles de Cristóbal Guitart Aparicio, podría ser la siguiente:

- Estilística: Civilización musulmana.

- Morfológica: Torre independiente:

- Atalaya o torre vigía.

- Funcional: Militar o de guarnición.

- Topográfica: Castillo montano, sobre altura de pendiente suave.

- Geográfica: Levante, con variedad general de todas las clases, sin destacar una típica; acaso los palacios fortificados.

- Cronológica: Período de fines del siglo XI hasta la segunda mitad del XIV, aproximadamente: formación del castillo militar cristiano bastante influido por el islámico, pero con elementos ultrapirenaicos como el homenaje, y religiosos (castillo-convento); pobreza y escasez de castillos señoriales. En los Estados musulmanes se siguen con mayor esplendor las alcazabas y alcázares del período anterior.

HISTORIA

Entre las rutas más conocidas e importantes de toda la península ibérica figura la Vía Augusta (la Heraclea de los iberos) que unía Roma con "Gades" (Cádiz), atravesando de norte a sur el territorio valenciano. Su itinerario sigue a grandes rasgos la misma ruta natural que ya vendría siendo empleada por los iberos y que todavía hoy sirve como espina dorsal de las comunicaciones valencianas (mapa 3).

La Vía Augusta, que ponía en comunicación las tierras del este y del sur de la península ibérica con Roma, capital del imperio, se bifurcaba a partir de "Ad Turres" (Fuente la Higuera) y, en concreto, en "Ad Aras", estación todavía sin localizar, pero que debe localizarse en los alrededores de La Encina, y un ramal penetraba hacia el interior peninsular, pasando por el Cerro de los Santos, en Montealegre del Castillo, donde se ha localizado "Ad Palem", mientras que otro descendía por el valle del Vinalopó camino de "Cartago Nova" (Cartagena), atravesando por "Illici" (Elche). Este segundo trayecto es el que en su recorrido surcaba el territorio de Sax).

En los momentos de la dominación romana, buena parte del actual término municipal de Sax se organiza y reparte en lotes, siguiendo un esquema regular de cuadrículas, centuriaciones estudiadas por Ponce Herrero, donde cada parcela respeta un módulo de unos 700 a 714 metros de lado aproximadamente. Con posterioridad, la pérdida de los valores del esquematismo de los agrimensores romanos, la intensa ocupación humana y las multiparcelaciones hereditarias y comerciales han desdibujado el plano regular de la primera organización de estas tierras, difuminando sus líneas maestras entre una maraña de caminos, sendas y parcelas sin orientación concreta.

Rastreando los restos todavía perceptibles de este catastro romano comprobamos como existía un eje orientado entre el pico culminante de la Sierra de Peña Rubia, al norte de Sax, y el extremo oriental de la Sierra de la Torreta, al sur del pueblo, donde se encuentran los restos de la ciudad íbero-romana del Monastil, en un punto donde el valle del Vinalopó se encaja en un estrecho portillo, de menos de 100 metros en su base, aprovechado tanto por el río como por la Autovía del Mediterráneo. Es el paso obligado entre las cuencas alta y media del Vinalopó donde, aprovechando la angostura, se levantó el embalse de Elda en el siglo XVII, y donde el ferrocarril, que no ha podido adecuarse a las curvas que describe el portillo, ha tenido que salvar la barrera orográfica con el único túnel existente en todo el trazado entre Alicante y Madrid. Es, en consecuencia, el área por donde ineludiblemente debía pasar la antigua vía romana en su trayecto hacia "Illici" (mapa 4).

La línea trazada entre ambos puntos de referencia coincide con un antiguo e importante camino, el de "los valencianos", que en dirección NNW-SSE atraviesa los campos entre la Sierra de la Argueña, al este,y el cauce del Vinalopó, al oeste. Este camino se adapta, desde el barranco del Boquerón hasta el del Barranquet, a los restos de la posible centuriación romana y constituye, a lo largo de muchos siglos, uno de los ejes mejor conservado y con un uso más intenso a lo largo de la historia, utilización que sigue vigente en la actualidad y que ha llevado a asfaltarlo en algunos tramos. Precisamente su denominación alude al uso que de él hacían los habitantes del Reino de Valencia al atravesar las tierras castellanas de Sax, nexo de unión entre la mitad septentrional y la meridional de la provincia de Alicante (Sax se incorporó a la provincia en 1836). El camino sale del término municipal de Sax y entra en el de Petrer por el paraje denominado "El portazgo", topónimo que hace referencia a la antigua frontera.

Por su disposición e importancia, este camino reune las condiciones idóneas para tratarse de la Vía Augusta entre Sax y Elda. Además, en el punto donde atraviesa el Barranquet se encuentran restos de carriladas excavadas en la roca caliza, que parecen reforzar su posible origen romano. También este camino ha sido aprovechado en tiempos modernos como vía pecuaria.

En un lugar estratégico del "Camino de los Valencianos", donde se bifurca en dos ramales, uno que cruza el puerto de Biar, por el collado de la Peña Rubia, en dirección a Valencia por el recorrido más corto (utilizado por los caminantes y arrieros), y otro que rodea la Sierra de Peña Rubia, también en dirección a Valencia (utilizado por los carruajes), se encuentran los restos de una villa romana, en el paraje conocido como "La Torre", por los restos de una torre medieval que vigilaba y protegía esta importante vía de comunicación (fotografía 8). Se trata de una villa rural edificada hacia la mitad del siglo I de nuestra era y que, tras un período de apogeo durante los siglos II y III, coincidente con el Alto Imperio, llega hasta mediados del siglo IV. Aseguran plenamente estas dataciones los fragmentos de cerámicas recogidos en superficie, en especial los de la "terra sigillata", así llamada por los "sellos" o marcas de alfarero que llevan impreso muchas de estas vasijas, y también por una moneda de Magencio, que ejerció su mandato del 350 al 353 después de Jesucristo. También se encuentran piedras de molino, vasijas de barro de todos tamaños y formas, tegulas enteras, restos de hormigones romanos. Recientemente se han descubierto los restos de una presa romana sobre el lecho de la rambla para canalizar el agua hacia los terrenos cultivados y fragmentos de un sarcófago paleocristiano.

Algún autor, como Ochoa Barceló, considera que esta villa romana de "La Torre" se correspondería con la estación o mansión (posada) romana de "Ad Turres" de la Vía Augusta y que otra villa romana situada en la actual Colonia de Santa Eulalia, dentro del término municipal de Sax, a unos 6 kilómetros de la anterior, se correspondería con la mansión de "Ad Aras", siendo el nexo de unión entre ambas el actual "Camino de los Valencianos".

Sin embargo, otro autor, Piqueras Haba, situa la estación de "Ad Ello" en Sax, pues si "Ello" es el yacimiento ibérico-romano-visigodo de el Monastil, en Elda, la estación que conducía hacia ella no podía estar en el mismo lugar, sino unas millas antes, lo que nos lleva a Sax, donde coincide la numeración de las millas romanas entre las estaciones del itinerario de Antonino.

Entre los actuales historiadores que tratan del período islámico hay opiniones contrapuestas sobre las vías de comunicación, ya que unos defienden la idea de que los musulmanes no hicieron sino seguir utilizando los viejos caminos heredados de los romanos, mientras que otros opinan que establecieron unos itinerarios totalmente nuevos, haciendo discurrir algunos de ellos por terrenos tan escabrosos que parece como si los árabes tuvieran pasión por cruzar montañas en lugar de aprovechar los valles.

En el siglo XI, el geógrafo árabe Al-Udri, dejó el siguiente itinerario de Murcia a Valencia, expresado por jornadas: "De la ciudad de Murcia a la ciudad de Orihuela hay una jornada; a la alquería de Aspe, una jornada; a Biar, una jornada; a la ciudad de Játiva, una jornada; a la ciudad de Valencia, una jornada".

Para el geógrafo árabe Al-Idrisi (que vivió en el siglo XII), el camino más importante era el de Valencia a Murcia, y con ellos nos revela que aquellas eran las dos ciudades más importantes de Sharq Al-Andalus. Al-Idrisi da su trayecto en millas: "De Murcia a Orihuela hay doce millas; de Orihuela a Albatera, donde está el parador hay seis millas; de Albatera al castillo de Aspe hay seis millas; al castillo de la Mola que está a orillas del Vinalopó (río de Elche) hay seis millas; al castillo de Petrel hay una etapa cuyas millas son treinta y cinco; de Petrel al castillo de Biar y castillo de Onteniente hay treinta y seis millas; de allí a la ciudad de Játiva hay treinta millas; de allí a la ciudad de Alcira del Júcar, a la orilla del río, hay once millas; de Alcira a la ciudad de Valencia hay veinte y ocho millas".

El también geógrafo árabe Al-Himyari sí que cita a Sax, que aparece con el nombre de SAGAS: "Ciudad de al-Andalus, cerca de Petrel. Es un pueblo importante y próspero. Está a poca distancia de Játiva".

Por las descripciones vistas y las localidades que se citan, vemos que los caminos árabes, en su tramo Valencia-Elche, siguen los mismos trazados de la Vía Augusta, y que el "Camino de los Valencianos", en el término municipal de Sax, era también el camino árabe, que viniendo de Elche y Aspe, cruzaba el puerto de Biar para los viajeros a pie, arrieros y jinetes, y que rodeaba la Sierra de Peña Rubia para los carruajes (en Villena y Biar se conoce este mismo camino como "Camino de Játiva"). Desde Biar continuaba por Onteniente y Játiva hasta Valencia.

Desde la Reconquista cristiana hasta el siglo XVIII, la estructura viaria española presentaba dos importantes características: interiorización y antirradialismo, que desaparecieron con el radialismo centralista introducido por los Borbones. Las comunicaciones entre Valencia y Alicante en estos siglos podían hacerse o por el camino que iba por el litoral, o por el camino de Játiva. Pero el camino de la costa no existió en sentido estricto hasta el siglo XIX, pues a menudo presentaba dificultades insalvables de tránsito. Así, la verdadera ruta hacia el sur era que le se dirigía a Játiva. A partir de Játiva salían dos caminos hacia Alicante; uno iba por el Valle de Albaida, Alcoy y Jijona; el otro por los valles de Montesa y Vinalopó. El primero, al igual que el que iba por la costa, aunque con condicionamientos de tipo físico distinto, era prácticamente intransitable en determinadas épocas del año y sólo apto para caballerías en muchos tramos hasta bien entrado el siglo XIX. El otro itinerario, hasta Murcia, se introducía en el valle de Montesa y desde Fuente la Higuera, por Villena, Sax, Elda y Monforte, se dirigía a Alicante; y desde Monforte, por Elche, Albatera y Orihuela a Murcia.

Pero este importante camino por el valle del Vinalopó entre Valencia y Alicante tenía una importante característica desde el siglo XIII hasta el siglo XIX a su paso por el término municipal de Sax: en algunos de sus tramos servía de frontera entre los Reinos de Valencia (Corona de Aragón) y de Murcia (Castilla). El puerto de Biar es citado expresamente en el tratado de Almizra (1244), para situar la frontera entre Castilla y Aragón, por lo que en esos momentos del siglo XIII tenía que ser un punto de referencia fácilmente identificable y conocido, como así es, puesto que el mojón que separa términos entre Villena, Sax y Biar está precisamente en el mismo puerto, y la línea divisoria que continúa separando los términos de Sax y Biar es la antigua frontera entre Aragón y Castilla que quedó fijada en el tratado de Almizra (mapa 5).

La línea fronteriza acordada en el tratado de Almizrra discrepa en poco de la trazada en Cazola, así, el descenso del límite en latitud por el litoral, fijado antes en Calpe y ahora en Aguas, por lo que la frontera meridional del reino catalanoaragonés quedaba así: Campo de Mirra, Biar, macizo de las Peñas del Cid y del Maigmó, la Peña Roja, la de Jijona, el Cabezo de Oro y la vertiente montañosa meridional del Barranco de Aguas. El emplazamiento de los castillos nos marca las zonas defendibles por ambos reinos, por lo que cabe suponer que el criterio que se siguió para el trazado de esta frontera estaba basada en las fortificaciones existentes antes del tratado, pues no se registra la creación de ninguna otra para defender la nueva división, o si el reparto se realizó por otras circunstancias. Y así, los castillos de la corona de Castilla se emplazaban en el llano: Villena, Sax y Alicante, como explicó Llobregat Conesa.

Los de reino de Aragón, en áreas montañosas y defendiendo las entradas más importantes: Almirra, dominando el valle del curso alto del Vinalopó hasta Bocairente; el de Biar, defendiendo su "puerto" y la entrada a la Hoya de Castalla; el de Castalla, gobernando su Hoya y la salida al valle del Vinalopó a la altura de Sax; y el de Jijona, cerrando el paso estrecho que conduce del llano de Alicante hacia la zona montañosa del interior.

Desde 1296 Jaime II se había apoderado, en guerra con Castilla, de gran zona del reino de Murcia tras las conquistas de Alicante, Elda, Petrel, Novelda, Elche, Crevillente, Guardamar, Callosa del Segura y Orihuela. Nuevamente, en 1300, este mismo rey realizó operaciones de conquista sobre las plazas de Lorca, Mula y Alcalá, hasta que en 1303 se hicieron gestiones para la paz general.

Para poner fin a la debatida cuestión del reino de Murcia, Jaime Ii de Aragón y Fernando IV de Castilla firman la "Sentencia de Torrellas" (8-8-1304), llegando al acuerdo de dividir el reino murciano entre las dos coronas. Según este acuerdo, Cartagena, Guardamar, Orihuela, Alicante, Elche, Novelda, Elda y la jurisdicción sobre Villena, pasarían a la corona de Aragón, mientras que sólo una parte de la zona murciana quedaría reservada para Castilla.

La sentencia arbitral de Torrellas (mapa 6) puso fin al conflicto castellano-aragonés, pero como la fijación de la línea divisoria en ella pactada era bastante ambigua, debida a cierta imprecisión geográfica por el desconocimiento exacto del curso del río Segura, fue necesaria la creación de una comisión mixta que, reunida en Elche un año después (1305), definió la frontera meridional del reino de Valencia, estableciéndose una nueva línea fronteriza por la que Aragón ganaba casi toda la ribera izquierda del Segura, toda la cuenca del Vinalopó, la región comprendida entre las mismas y más allá del Segura hasta el Mar Menor, siendo esta línea limítrofe la que venía a pasar aproximadamente por donde luego se trazó la divisoria entre las actuales provincias de Alicante y Murcia.

Durante toda la baja Edad Media, y fundamentalmente el siglo XIV, la situación geográfica de Sax, frontera entre Castilla y el Reino de Valencia, y vía de penetración de granadinos a la Corona de Aragón, y el componente humano de su población, mayoritariamente cristiano, pero rodeado por villa y lugares musulmanes en el Reino de Valencia (Elda, Petrer, Monóvar, Novelda, etc.), unido a las crisis bélicas periódicas de la Corona de Aragón con Castilla y el reino de Granada convirtieron el área del valle del Vinalopó, junto al resto de tierras situadas al sur de Jijona, en una región militarizada. Si bien, el fenómeno más punzante en estas tierras no eran ya sólo las guerras sino el constante ataque sufrido por todas las poblaciones de la frontera valenciana por parte de bandas de almogávares de aquellos reinos, tanto en tiempo de conflicto armado como de paz o de tregua. Este tipo de incursiones fronterizas, frecuentísimas durante el siglo XIV, como pone de manifiesto la documentación, tenían como único objetivo el saqueo de los campos, la ocupación de los rebaños y la captura en rehén de personas para obtener rescate por ellas. En este sentido, los castillos y torres de la comarca eran utilizados en época de conflicto bélico para proteger a la población del lugar y frenar a los invasores, en los periodos de paz, que no de tranquilidad absoluta, servían para avisar, proteger y sus fuerzas para perseguir a aquellos, valencianos o granadinos, que entraban en el valle con ánimos de obtener botín.

Un ejemplo puede ser el documento que se conserva en el Archivo de la Corona de Aragón:

- 1368, diciembre, 6, Barcelona.

Pedro IV ordena a Nicolau de Próxida, gobernador de Orihuela, que abra una investigación y castigue a aquellos que asaltaron y asesinaron a cuatro sarracenos del valle de Elda que venían del reino de Murcia a repoblarlo.

Otro ejemplo puede ser la incursión de granadinos a tierras valencianas-murcianas hacia 1370, donde en "La Fuente del Emperador", situada en el sajeño paraje de "La Torre", capturaron a dos hombres de Biar. Tropas de esta localidad persiguieron a los granadinos hasta Elda, y considerando que los sarracenos eldenses prestaron ayuda a sus correligionarios de Granada asolaron lo que pudieron del valle de Elda e intentaron saquear la población. El asunto no pasó a tragedia porque los eldenses se refugiaron en la barbacana del castillo.

Del año 1405 se una carta dirigida a los concejos de Villena y Sax por Juan Rodríguez de Salamanca, Justicia Mayor en el Reino de Murcia, instándoles a que prorrogasen por otros dos años la "hermandad" que tenían firmada con los pueblos aragoneses fronterizos para defenderse "de algunos malos omes almogávares que salteaban e furtaban los omo, así cristianos como moros".

Gaspar Escolano, en su obra "Primera Década de la historia de la insigne ciudad y Reyno de Valencia..." incide en la guerra entre Castilla y Aragón:

"...en el año mil quatrocientos veynte y nueve, que ardían en guerras las dos coronas, entraron los nuestros por Almansa a quinze de Iulio; y la quemaron. Luego, a los veynte y uno, delante de Biar huvo entre los Castellanos y Valencianos un reñido rencuento, en que murieron muchos Castellanos, y con ellos su capitán Don N. Fajardo, y se les ganó la bandera a los de Villena".

A lo largo del siglo XV continúan las escaramuzas fronterizas, de las que también hay constancia en el Archivo del Reino de Valencia, donde aparecen noticias como las siguientes:

- 1435, junio, 17, Valencia.

El baile general del reino ordena al de Biar que entregue a Gabriel Fuster y a Joan de Carrió, pelaires, un cautivo suyo que fue encontrado en la frontera de Castilla y tenía preso.

- 1437, septiembre, 26, Valencia.

Orden del baile general del reino disponiendo la reedificación del molino de Caudete, derruido en la pasada guerra con Castilla, ya que sus vecinos se veían forzados a ir a Biar y Onteniente por malos caminos y eran molestados por las gentes de Villena.

- 1448, mayo, 4, Valencia.

Carta del baile general del reino a Joan Falcó, baile de Onteniente y de Biar, para que no tenga en cuenta las franquicias de los de Villena hasta que se disponga lo contrario.

Este tipo de bandidaje en los caminos no acabó con la conquista del Reino de Granada por los Reyes Católicos. La palabra bandolero aparece durante los siglos XVI y XVII como sinónimo de delincuente, ladrón, salteador de caminos, etc. Su caldo de cultivo era una sociedad basada en la agricultura y el pastoreo, donde se producían periódicas crisis agrícolas, con aumento de la población, subida de precios, sequías y malas cosechas.

En 1575, cuando se realizan las "Relaciones Topográficas mandadas hacer por Felipe II (Año 1575)", en la relación de Sax, en la respuesta a la pregunta 23 se contesta lo siguiente:

"Yten. que esta villa tiene el agua que a menester para el riego, según la cantidad de la guerta que tiene: y para bever, tiene una fuente de muy buena agua, la qual está tres cuartos de legua desta villa, y la traen por una arcadusada, y se llama la fuente del Amparador, porque junto a la fuente ay un cerro en que está edificada una torre, y en el tiempo que los moros del Reyno de Valencia no se avían convertido y el Reyno de Granada no estaba ganado, avía gente de guarda en la dicha torre y recogían allí los caminantes que venían por el camino que por allí pasa, y a los labradores vecinos desta villa, siempre que avía nueva que venían moros de los dichos Reynos a entrar y hazer cavalgadas y cautivar cristianos".

Por lo que hemos visto, a finales del siglo XVI todavía estaba en pie la torre, cuyas piedras debieron servir en los siglos siguientes para construir las casas rurales del paraje que tomó su nombre: "La Torre".

BIBLIOGRAFIA

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