La Peña, el abrigo de Sax.

MAESTRE GIL, Fernando Tomás (1998). “Notas sobre la riqueza biológica del Castillo de Sax”, Revista de Fiestas de Moras y Cristianos, Sax, Mayordomía de San Blas, pp. 154-156.

“El Castillo de Sax, bandera de presentación de la localidad, presenta en su entorno más inmediato una gran variedad de especies animales y vegetales que conforman una comunidad de especial interés por su características ecológicas y paisajísticas. Las particularidades climáticas y edáficas presentes en el lugar, así como su singularidad geológica, permiten el desarrollo de una gran variedad de especies vegetales y animales, algunas de las cuales poseen requerimientos ecológicos concretos que no se cumplen en otros parajes de la comarca. La zona objeto de estudio comprende al roquedo que se encuentra por debajo del Castillo y al pinar situado a sus pies, cuyos límites vendrían dados por la carretera y las primeras edificaciones de la localidad.

En el presente artículo se muestra parte de la riqueza natural existente en el paraje con el fin de dar a conocer el elevado valor ecológico de la zona. Para ello se consideran también diversos aspectos de interés a la hora de estudiar las comunicaciones biológicas, como son las características climáticas, geológicas y edafológicas del lugar.

El Medio Físico

El Castillo se alza sobre un macizo rocoso conocido como la “La Peña”, dominando el amplio valle que rodea a la localidad desde una altura de 524m. Si se analiza el origen geológico de esta gran roca, “La Peña” se formó durante los grandes plegamientos que tuvieron lugar a mediados del Terciario –concretamente en el Mioceno Medio, hace unos 20 m.a.– (Ponce, 1987) …

… El suelo existente en la ladera es un suelo pardo calizo yesoso, formado sobre margas yesíferas y arcillas abigarradas de Keuper (Matarredona 1983).

El clima presente en la localidad es un clima típicamente mediterráneo, caracterizado por una acusada sequía estival y una fuerte irregularidad interanual en cuanto a las precipitaciones. Si se sitúa dentro de los distintos sectores climáticos descritos en la Comunidad Valenciana, pertenece al clima de la vertiente seca del Macizo de Alcoy (Armengot y Pérez, 1990), caracterizado por una sequedad estival considerable y por fenómenos característicos de la Meseta inferior, como es la frecuencia de heladas durante el invierno. La temperatura en la localidad presenta un valor medio anual de 13.0C, encontrando un mínimo de 5.50C en el mes de enero y un máximo de 22.70C en el mes de julio. La precipitación media anual es de 372.5mm, por lo que la localidad presenta un ombroclima seco (Peris et al, 1996). Las precipitaciones máximas se alcanzan durante la primavera, lo que denuncia el alejamiento del contacto mediterráneo; durante esta época del año el anticiclón de las Azores todavía no ha alcanzado latitudes como para obstaculizar el paso de las borrascas atlánticas, que alcanzan el levante gracias a un flujo que describe amplias sinuosidades, provocando una alternancia de situaciones ciclónicas y anticiclónicas que explican este máximo primaveral (De la Torre y Alías, 1996).

Si bien estas características son las del clima para la localidad en su conjunto, dentro de “La Peña” existen condiciones climáticas particulares según la insolación y el grado de humedad existentes. Así, se pueden distinguir dos zonas según el grado de insolación que reciben: una zona de umbría –con una insolación directa baja y contenido elevado de humedad– situada en la pared norte de la ladera y una zona más soleada presente en la parte más distal de la fortificación. Estas características microclimáticas van a ser muy importantes para el desarrollo de la vegetación y fauna del lugar.

Flora

Al analizar la flora existente en el lugar se observa que aparecen una gran cantidad de especies, algunas de la cuales tienen un importante valor botánico y fitosociológico. Toda la ladera se encuentra cubierta por una masa repoblada de pino carrasco (Pinus halepensis), acompañada en algunos puntos por cipreses (Cupressus sempervivens) procedentes también de repoblaciones. Entre las especies arbustivas se encuentran el romero (Rosmarinus officinalis), la sabina negra (Juniperus phoenicea), el tomillo (Thymus vulgaris), el espino negro (Rhamnus lycioides subsp. lycioides), el espino prieto (Rhamnus lycioides subsp. borgiae), el espliego (lavándula latifolia), la coscoja (Quercus coccifera) y el aladierno ( Rhamnus alaternus subs. alaternus).

En la zona de umbría se encuentran algunas especies más interesantes del lugar, entre las que destacan el tártaro mayor (Euphorbia characias), el mastuerzo marino (Lobularia maritima), la espuela de caballero (Delphinium gracile), Lapiedra martinezii, Lavatera marítima, Fumana procumbens y la abejera (Ophrys speculum). Estas dos últimas especies han sido calificadas como “raras” en el ámbito de la Comunidad Valenciana (Mateo y Crespo, 1990), por lo que su presencia aumenta considerablemente el valor del paraje.

Otras comunidades vegetales muy interesantes son aquellas que viven en los roquedos, creciendo entre los huecos e intersticios de las rocas. Esta parte del Castillo es la formada por el conjunto rocoso que se extiende por encima de la ladera. En él aparecen especies como las clavelinas (Dianthus valentinus), Teucrium thymifolium, Jasonia glutinose, la vidiella (Clematis flammula), el labiérnago blanco (Phyllirea angustifolia), la hiedra (Hedera helix), el marrubio rojo (Ballota hirusta), la doradilla (Ceterach officinarum) y el pinillo de oro (Hypericum ericoides). Entre las plantas encontradas en los roquedos merece especial atención la presencia del polipodio (Polypodium cambricum subsp. Cambricum); este helecho –grupo vegetal caracterizado por la ausencia de flores; la reproducción mediante esporas de flores y la alternancia de generaciones– presenta en el Castillo la única población existente en todo el Valle de Villena (Alonso 1996) y aparece en los huecos de las rocas en las zonas húmedas de la ladera. Esta especie, por sus características ecológicas y distribución, destaca entre todas las existentes, por lo que el mantenimiento y mejora de la población existente –que sufrió serios daños cuando hace unos años se cementaron las rocas sueltas de la ladera– debe ser considerado como un objetivo prioritario en materia de conservación por parte de la Administración competente.

En las zonas más soleadas de la ladera, acompañando a los pinos, se encuentra numerosas especies ruderales entre las que se pueden citar las siguientes: cuerno de ciervo (Plantago coronopus), Morella (Solanum nigrum), lechetierna (Euphorbia terracina), gamoncillo (Asphodelus fistulosus), oruga blanca (Eruca vesicaria), botoncillo (Anacyclus clavatus), siempreviva (Helycrisum stoechas), achicoria dulce (Chondrilla juncea), collejón (Moricandia arvensis), cardo corredor (Eryngium campestre), olivarda (Inula viscosa) y romero blanco (Helianthemum siriacum). Junto a estas especies aparecen otras como el romero, el tomillo y el arnacho (Ononis tridentata). La experiencia de esta última especia, de marcado carácter gipsícola (Nieto y Fernández, 1995), nos indica que el suelo presenta contenidos elevados de yeso.

En la ladera del Castillo también aparecen numerosas especies de hongos, musgos y líquenes. En cuanto a los musgos, se han identificado dos especies: Bryum sp. y Pleurochaete sp., que forman tapices más o menos densos en las rocas y en el suelo, especialmente en las zonas umbrosas. Los hongos presentes son el boleto granulado (Boletus granulatus), Clitocybe sp., Tricholoma sp., y el pie azul (Lepista nuda.) Los líquenes –organismos formados por la simbiosis entre un alga y un hongo– se encuentran muy bien representados en el lugar, encontrándose una gran variedad de especies. Así, en las cortezas de los árboles se encuentran Xanthoria parietina. Otros líquenes, como Squamarina crassa y Parmelia conserpa aparecen sobre el suelo, mientras que aquellos que viven fijados en la roca (líquenes crustáceos) son muy abundantes, encontrando especies como Lecanora sp., Caloplaca sp., Solenopsora sp., Parmelia sp. y Caloplaca citrina.

Fauna

La pequeña extensión de la ladera del Castillo y su cercanía al núcleo urbano no permite la existencia de animales de gran tamaño. No obstante, presenta numerosas especies de aves e insectos, así como algunas especies de reptiles.

La avifauna del lugar está formada principalmente por pequeños paseriformes como el gorrión común (Passer domesticus), verdecillo (Serinus serinus) y el verderón común (Carduelis chloris), acompañados de especies típicamente urbanas como el avión común (Delichon urbica) y el gorrión común (Passer domesticus). También se ha detectado la presencia de especies de mayor tamaño como el mirlo común (Turdus merula), estornino negro (Sturnus unicolor) y el cernícalo común (Falco tinnunculus). Dentro de los reptiles se han identificado dos especies: la lagartija común (Podarcis hispanica) y la lagartija colilarga (Psammodronus algirus).

El grupo animal mejor representado en la zona estudiada son los artrópodos, entre los que destacan los insectos y arácnidos. Estos organismos, adaptados a vivir en una gran cantidad de ambientes diferentes, aprovechan la gran diversidad de microhábitats que ofrece la ladera del Castillo, siendo muy abundantes en este lugar.

En la zona de umbría aparecen artrópodos que se refugian debajo de piedras y la hojarasca como las arañas (F. Theridiidae, F. Lycosidae), el ciempiés (O. Geophilomorpha), las cochinillas de la humedad (Oniscus sp.) las tijeretas (F. Forficulidae), los pececillos de plata (O. Zygentoma) y los júlidos (O. Julida). En la zona soleada, donde el matorral alterna con numerosas plantas anuales con flor, se localizan una mayor diversidad de especies, especialmente de insectos voladores. Aparecen varias especies de mariposas (F. Sphyngidae, F. Pieridae), la avispa (Vespula vulgaris), la abeja (Apis mellifera), la mariquita (Coccinella 7-punctata), varias especies de hormigas (F. Formicidae), varias especies de moscas (F. Muscidae, F. Calliphoridae, F. Syrphidae), escarabajos (F. Tenebrionidae, F. Chrysomelidae); saltamontes y grillos (F. Cantatopidae, F. Pygomorphidae) y crisopas (F. Crisipidae)”.

MAESTRE GIL, Fernando Tomás (1998). “Notas sobre la riqueza biológica del Castillo de Sax”, Revista de Fiestas de Moras y Cristianos, Sax, Mayordomía de San Blas, pp. 154-156.

“El Castillo de Sax, bandera de presentación de la localidad, presenta en su entorno más inmediato una gran variedad de especies animales y vegetales que conforman una comunidad de especial interés por su características ecológicas y paisajísticas. Las particularidades climáticas y edáficas presentes en el lugar, así como su singularidad geológica, permiten el desarrollo de una gran variedad de especies vegetales y animales, algunas de las cuales poseen requerimientos ecológicos concretos que no se cumplen en otros parajes de la comarca. La zona objeto de estudio comprende al roquedo que se encuentra por debajo del Castillo y al pinar situado a sus pies, cuyos límites vendrían dados por la carretera y las primeras edificaciones de la localidad.

En el presente artículo se muestra parte de la riqueza natural existente en el paraje con el fin de dar a conocer el elevado valor ecológico de la zona. Para ello se consideran también diversos aspectos de interés a la hora de estudiar las comunicaciones biológicas, como son las características climáticas, geológicas y edafológicas del lugar.

El Medio Físico

El Castillo se alza sobre un macizo rocoso conocido como la “La Peña”, dominando el amplio valle que rodea a la localidad desde una altura de 524m. Si se analiza el origen geológico de esta gran roca, “La Peña” se formó durante los grandes plegamientos que tuvieron lugar a mediados del Terciario –concretamente en el Mioceno Medio, hace unos 20 m.a.– (Ponce, 1987) …

… El suelo existente en la ladera es un suelo pardo calizo yesoso, formado sobre margas yesíferas y arcillas abigarradas de Keuper (Matarredona 1983).

El clima presente en la localidad es un clima típicamente mediterráneo, caracterizado por una acusada sequía estival y una fuerte irregularidad interanual en cuanto a las precipitaciones. Si se sitúa dentro de los distintos sectores climáticos descritos en la Comunidad Valenciana, pertenece al clima de la vertiente seca del Macizo de Alcoy (Armengot y Pérez, 1990), caracterizado por una sequedad estival considerable y por fenómenos característicos de la Meseta inferior, como es la frecuencia de heladas durante el invierno. La temperatura en la localidad presenta un valor medio anual de 13.0C, encontrando un mínimo de 5.50C en el mes de enero y un máximo de 22.70C en el mes de julio. La precipitación media anual es de 372.5mm, por lo que la localidad presenta un ombroclima seco (Peris et al, 1996). Las precipitaciones máximas se alcanzan durante la primavera, lo que denuncia el alejamiento del contacto mediterráneo; durante esta época del año el anticiclón de las Azores todavía no ha alcanzado latitudes como para obstaculizar el paso de las borrascas atlánticas, que alcanzan el levante gracias a un flujo que describe amplias sinuosidades, provocando una alternancia de situaciones ciclónicas y anticiclónicas que explican este máximo primaveral (De la Torre y Alías, 1996).

Si bien estas características son las del clima para la localidad en su conjunto, dentro de “La Peña” existen condiciones climáticas particulares según la insolación y el grado de humedad existentes. Así, se pueden distinguir dos zonas según el grado de insolación que reciben: una zona de umbría –con una insolación directa baja y contenido elevado de humedad– situada en la pared norte de la ladera y una zona más soleada presente en la parte más distal de la fortificación. Estas características microclimáticas van a ser muy importantes para el desarrollo de la vegetación y fauna del lugar.

Flora

Al analizar la flora existente en el lugar se observa que aparecen una gran cantidad de especies, algunas de la cuales tienen un importante valor botánico y fitosociológico. Toda la ladera se encuentra cubierta por una masa repoblada de pino carrasco (Pinus halepensis), acompañada en algunos puntos por cipreses (Cupressus sempervivens) procedentes también de repoblaciones. Entre las especies arbustivas se encuentran el romero (Rosmarinus officinalis), la sabina negra (Juniperus phoenicea), el tomillo (Thymus vulgaris), el espino negro (Rhamnus lycioides subsp. lycioides), el espino prieto (Rhamnus lycioides subsp. borgiae), el espliego (lavándula latifolia), la coscoja (Quercus coccifera) y el aladierno ( Rhamnus alaternus subs. alaternus).

En la zona de umbría se encuentran algunas especies más interesantes del lugar, entre las que destacan el tártaro mayor (Euphorbia characias), el mastuerzo marino (Lobularia maritima), la espuela de caballero (Delphinium gracile), Lapiedra martinezii, Lavatera marítima, Fumana procumbens y la abejera (Ophrys speculum). Estas dos últimas especies han sido calificadas como “raras” en el ámbito de la Comunidad Valenciana (Mateo y Crespo, 1990), por lo que su presencia aumenta considerablemente el valor del paraje.

Otras comunidades vegetales muy interesantes son aquellas que viven en los roquedos, creciendo entre los huecos e intersticios de las rocas. Esta parte del Castillo es la formada por el conjunto rocoso que se extiende por encima de la ladera. En él aparecen especies como las clavelinas (Dianthus valentinus), Teucrium thymifolium, Jasonia glutinose, la vidiella (Clematis flammula), el labiérnago blanco (Phyllirea angustifolia), la hiedra (Hedera helix), el marrubio rojo (Ballota hirusta), la doradilla (Ceterach officinarum) y el pinillo de oro (Hypericum ericoides). Entre las plantas encontradas en los roquedos merece especial atención la presencia del polipodio (Polypodium cambricum subsp. Cambricum); este helecho –grupo vegetal caracterizado por la ausencia de flores; la reproducción mediante esporas de flores y la alternancia de generaciones– presenta en el Castillo la única población existente en todo el Valle de Villena (Alonso 1996) y aparece en los huecos de las rocas en las zonas húmedas de la ladera. Esta especie, por sus características ecológicas y distribución, destaca entre todas las existentes, por lo que el mantenimiento y mejora de la población existente –que sufrió serios daños cuando hace unos años se cementaron las rocas sueltas de la ladera– debe ser considerado como un objetivo prioritario en materia de conservación por parte de la Administración competente.

En las zonas más soleadas de la ladera, acompañando a los pinos, se encuentra numerosas especies ruderales entre las que se pueden citar las siguientes: cuerno de ciervo (Plantago coronopus), Morella (Solanum nigrum), lechetierna (Euphorbia terracina), gamoncillo (Asphodelus fistulosus), oruga blanca (Eruca vesicaria), botoncillo (Anacyclus clavatus), siempreviva (Helycrisum stoechas), achicoria dulce (Chondrilla juncea), collejón (Moricandia arvensis), cardo corredor (Eryngium campestre), olivarda (Inula viscosa) y romero blanco (Helianthemum siriacum). Junto a estas especies aparecen otras como el romero, el tomillo y el arnacho (Ononis tridentata). La experiencia de esta última especia, de marcado carácter gipsícola (Nieto y Fernández, 1995), nos indica que el suelo presenta contenidos elevados de yeso.

En la ladera del Castillo también aparecen numerosas especies de hongos, musgos y líquenes. En cuanto a los musgos, se han identificado dos especies: Bryum sp. y Pleurochaete sp., que forman tapices más o menos densos en las rocas y en el suelo, especialmente en las zonas umbrosas. Los hongos presentes son el boleto granulado (Boletus granulatus), Clitocybe sp., Tricholoma sp., y el pie azul (Lepista nuda.) Los líquenes –organismos formados por la simbiosis entre un alga y un hongo– se encuentran muy bien representados en el lugar, encontrándose una gran variedad de especies. Así, en las cortezas de los árboles se encuentran Xanthoria parietina. Otros líquenes, como Squamarina crassa y Parmelia conserpa aparecen sobre el suelo, mientras que aquellos que viven fijados en la roca (líquenes crustáceos) son muy abundantes, encontrando especies como Lecanora sp., Caloplaca sp., Solenopsora sp., Parmelia sp. y Caloplaca citrina.

Fauna

La pequeña extensión de la ladera del Castillo y su cercanía al núcleo urbano no permite la existencia de animales de gran tamaño. No obstante, presenta numerosas especies de aves e insectos, así como algunas especies de reptiles.

La avifauna del lugar está formada principalmente por pequeños paseriformes como el gorrión común (Passer domesticus), verdecillo (Serinus serinus) y el verderón común (Carduelis chloris), acompañados de especies típicamente urbanas como el avión común (Delichon urbica) y el gorrión común (Passer domesticus). También se ha detectado la presencia de especies de mayor tamaño como el mirlo común (Turdus merula), estornino negro (Sturnus unicolor) y el cernícalo común (Falco tinnunculus). Dentro de los reptiles se han identificado dos especies: la lagartija común (Podarcis hispanica) y la lagartija colilarga (Psammodronus algirus).

El grupo animal mejor representado en la zona estudiada son los artrópodos, entre los que destacan los insectos y arácnidos. Estos organismos, adaptados a vivir en una gran cantidad de ambientes diferentes, aprovechan la gran diversidad de microhábitats que ofrece la ladera del Castillo, siendo muy abundantes en este lugar.

En la zona de umbría aparecen artrópodos que se refugian debajo de piedras y la hojarasca como las arañas (F. Theridiidae, F. Lycosidae), el ciempiés (O. Geophilomorpha), las cochinillas de la humedad (Oniscus sp.) las tijeretas (F. Forficulidae), los pececillos de plata (O. Zygentoma) y los júlidos (O. Julida). En la zona soleada, donde el matorral alterna con numerosas plantas anuales con flor, se localizan una mayor diversidad de especies, especialmente de insectos voladores. Aparecen varias especies de mariposas (F. Sphyngidae, F. Pieridae), la avispa (Vespula vulgaris), la abeja (Apis mellifera), la mariquita (Coccinella 7-punctata), varias especies de hormigas (F. Formicidae), varias especies de moscas (F. Muscidae, F. Calliphoridae, F. Syrphidae), escarabajos (F. Tenebrionidae, F. Chrysomelidae); saltamontes y grillos (F. Cantatopidae, F. Pygomorphidae) y crisopas (F. Crisipidae)”.

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